La disfunción eréctil (DE) es un problema de salud más común de lo que se piensa: afecta a millones de hombres en todo el mundo y puede tener un fuerte impacto emocional, en la autoestima y en las relaciones de pareja. Aunque existen múltiples tratamientos, en algunos casos la mejor opción es la colocación de una prótesis de pene.
¿Qué es una prótesis de pene?
Es un dispositivo que se implanta quirúrgicamente dentro del pene para permitir una erección mecánica. No afecta la sensibilidad ni la capacidad de tener orgasmos o eyacular. Existen dos tipos principales:
- Prótesis maleables (semirrígidas): están compuestas por dos cilindros flexibles que se implantan cada uno dentro de un cuerpo cavernoso, y que permiten colocar el pene en posición de erección o reposo manualmente.
- Prótesis inflables: permiten inflar y desinflar el pene mediante un sistema hidráulico implantado en el cuerpo (generalmente con una bomba en el escroto y un reservorio de suero fisiológico en el abdomen). Simulan una erección más natural y discreta. Requieren mayor destreza manual que la prótesis maleable y tienen un riesgo levemente mayor de infección por ser más complejas.
¿Cuándo se recomienda?
Se indica principalmente en casos de disfunción eréctil moderada o severa que no ha respondido a otros tratamientos.
¿Cómo es la cirugía?
La colocación de la prótesis se realiza bajo anestesia regional o general. Es una intervención segura y habitualmente de corta duración. La mayoría de los pacientes reciben el alta en uno o dos días, y la recuperación completa puede lograrse a las 4-6 semanas.
Los resultados son altamente satisfactorios: más del 90% de los pacientes y sus parejas refieren una vida sexual mejorada y plena.
¿Tiene riesgos?
Como toda cirugía, existen riesgos, aunque son bajos en manos experimentadas. Los más importantes son:
- Infección: es la complicación más temida, aunque ocurre en menos del 2% de los casos gracias al uso de prótesis impregnadas con antibióticos y a una técnica quirúrgica cuidadosa.
- Fallos mecánicos: más frecuentes en prótesis inflables, aunque los modelos actuales tienen una vida útil de más de 10–15 años.
- Dolor persistente o molestias: generalmente temporales.
- Migración o mal posicionamiento: poco frecuentes si se realiza por cirujanos con experiencia.
Conclusión
La prótesis de pene es una alternativa segura y efectiva para los hombres que no han logrado resolver la disfunción eréctil con otros tratamientos. Es una herramienta que puede devolver la confianza, la intimidad y la calidad de vida. Hablar abiertamente con el Urólogo es el primer paso para encontrar la solución más adecuada para cada caso.
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