¿Qué es el cáncer de próstata?
El cáncer de próstata es un tumor maligno de la próstata. La mayoría de ellos tienen un crecimiento lento y no causa síntomas. La edad media en la que se diagnostica es en torno a los 65-70 años, aunque comienzan a aparecer a partir de los 45 años. Su detección ha mejorado en los últimos años debido al desarrollo de las nuevas herramientas diagnósticas.
¿Qué tratamientos existen?
Las posibilidades de tratamiento van a ser diferentes según el estadio en el que se halla diagnosticado el cáncer. Nos vamos a centrar en el cáncer de próstata localizado, aquel que se encuentra limitado a la próstata. Puede tratarse con vigilancia activa, radioterapia o cirugía: prostatectomía radical laparoscópica y asistida por robot.
¿En qué consiste la prostatectomía radical?
La cirugía del cáncer de próstata es la prostatectomía radical. Consiste en la extirpación de toda la glándula prostática junto con las vesículas seminales. Si se trata de un cáncer de alto riesgo es necesario extirpar también los ganglios linfáticos de la zona.
Tras la extirpación de la próstata, se debe reconstruir el paso de la orina, mediante una sutura entre el cuello de la vejiga y la uretra, lo que se llama anastomosis, dejando una sonda que facilita la salida de la orina e impide que esta fugue por la anastomosis durante los primeros días.
La próstata está muy próxima al esfínter que evita que se escape la orina. Además, los nervios que llevan la información para producir la erección pasan completamente pegados a ambos lados de la próstata. Por ello, los efectos secundarios más frecuentes de los tratamientos del cáncer de próstata son la incontinencia de orina y la impotencia.
La prioridad de esta cirugía es acabar con el cáncer. En cánceres poco agresivos, podemos aproximarnos todo lo posible a la próstata con la intención de intentar respetar los nervios de la erección; en cánceres agresivos no podemos acercarnos tanto a la próstata porque corremos el riesgo de dejar márgenes afectados por el tumor.
Evolución de la técnica:
Inicialmente se realizaba por vía abierta con una incisión desde debajo del ombligo hasta el pubis, en la actualidad sigue realizándose así si hay antecedente de cirugías previas, casos de gran complejidad, dependiendo del hábito del cirujano, etc.
La cirugía laparoscópica es desde hace tiempo la técnica de elección en muchas cirugías, también en la prostatectomía. Consiste en introducir una cámara dentro de la cavidad abdominal y los instrumentos de trabajo a través de incisiones pequeñas. Al ser menos invasiva reduce el riesgo de infección de la herida, al amplificar la imagen reduce el riesgo de sangrado, y esto permite acortar el tiempo que debe permanecer el paciente en el hospital después de la cirugía.
La cirugía robótica es un avance más. El sistema de trabajo es similar a la laparoscopia, pero los instrumentos y la cámara que se emplean permiten más libertad de movimiento al cirujano, así como una visión mucho más amplificada y en 3 dimensiones, lo que hace que tenga una mayor precisión en la cirugía. Esto potencia aún más las ventajas que ya aportaba la cirugía laparoscópica frente a la abierta.
¿Qué beneficios aporta la intervención con Da Vinci Xi?
La visualización, precisión, destreza y control otorgados por el sistema quirúrgico da Vinci ofrece las siguientes ventajas con respecto a otros procedimientos:
- Estancia hospitalaria más corta
- Menos pérdida de sangre
- Menor riesgo de complicaciones
- Menor riesgo de infección de heridas
- Recuperación más rápida y vuelta a las actividades normales en un periodo de tiempo más corto
- Retorno más rápido de la función eréctil (sexual)
- Mayores probabilidades de recuperación de la continencia urinaria
¿Cómo es el postoperatorio?
Cuando el paciente se despierta, tiene colocada una sonda vesical que mantendrá durante las siguientes dos semanas. Lo más probable es que pase una o dos noches en el hospital.
La primera semana después de la operación se aconseja reposo y evitar realizar esfuerzos y levantar cargas pesadas.
Al principio es normal experimentar una incontinencia urinaria leve y efectos sobre la función eréctil. Pero la gran mayoría de los pacientes que se someten a la prostatectomía radical con da vinci recuperan la continencia urinaria y la función sexual después del período de recuperación posquirúrgico, aunque cada caso tiene características como la edad, el tipo de tumor, función sexual previa, que pueden influir en los resultados.
La duración del período de recuperación depende de diversos factores y cada paciente debe analizar abiertamente el tipo de recuperación que puede esperar con el médico.
¿Cómo es el seguimiento?
El plan de seguimiento suele incluir visitas regulares al Urólogo, análisis de sangre para determinar el nivel de antígeno prostático específico (PSA) que comenzará a realizarse un par de meses después de la intervención.
cuenta con un equipo pionero en la cirugía urológica
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