Es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva, que se realiza en quirófano bajo anestesia. Permite acceder mediante el orificio natural de la uretra al sistema urinario superior. Mediante un ureteroscopio se accede a la vejiga, se localiza la desembocadura ureteral y se asciende por este hasta encontrar el cálculo. Estos instrumentos tienen canales de trabajo a través de los cuales es posible introducir dispositivos para extraer o pulverizar el cálculo (pinzas, cestillos o fibras de láser).
Disponemos de ureteroscopios semirrígidos para el tratamiento de las litiasis alojadas en uréter y de ureteroscopios flexibles que permiten solucionar las litiasis que se encuentran en las cavidades renales (RIRS: Cirugía Retrógrada Intrarrenal). La tecnología láser ha revolucionado el tratamiento endoscópico de la litiasis, ya que permite deshacer el cálculo en fragmentos microscópicos en poco tiempo.
Al finalizar el procedimiento se coloca un catéter doble J que va desde el riñón hasta la vejiga, para evitar que se produzcan cólicos por la inflamación ureteral y facilitar la expulsión de los posibles fragmentos residuales. Se retira con anestesia local o una leve sedación pasados unos días.
Los riesgos de la ureteroscopia incluyen la perforación o el desarrollo de una estenosis ureteral, especialmente si el cálculo se encontraba impactado en la pared ureteral.
La mayoría de los procedimientos ureteroscópicos requieren una estancia hospitalaria que oscila entre las 12 y las 24h, pudiendo en ocasiones realizarse de forma ambulatoria en casos seleccionados.
cuenta con un equipo pionero en la cirugía urológica
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